Educación y Prevención: La Mejor Defensa Contra el Éxtasis

No son dulces, es éxtasis. Padres de familia, docentes y comunidad en general, es fundamental que eduquemos a nuestros niños y jóvenes sobre los peligros de esta sustancia. El éxtasis, también conocido como MDMA, es un potente estimulante psicoactivo que altera la percepción y modifica la actividad cerebral. Su consumo puede generar una falsa sensación de bienestar y euforia, lo que lleva a quienes lo consumen a ignorar señales importantes de alerta del cuerpo, como la deshidratación, los mareos y el agotamiento extremo.

Los efectos de esta droga van mucho más allá de una simple alteración del estado de ánimo. A corto plazo, puede provocar un aumento peligroso de la temperatura corporal, afectando órganos vitales como el hígado, los riñones y el corazón. En algunos casos, su consumo ha desencadenado convulsiones, insuficiencia cardíaca y hasta la muerte.

El consumo en grandes dosis también está asociado con episodios de intranquilidad, ansiedad extrema y alucinaciones visuales y auditivas, lo que puede poner en riesgo la vida de quienes la ingieren. Pero los daños no se detienen ahí. A largo plazo, el uso frecuente de éxtasis puede causar deterioro en el cerebro, afectando la memoria, la capacidad de concentración y el control de las emociones. Esto puede llevar a estados prolongados de depresión severa e incluso pensamientos suicidas.

No subestimemos el impacto de esta sustancia en nuestros niños y jóvenes. La mejor herramienta para prevenir su consumo es la educación. Hablemos con ellos, expliquémosles sus efectos y consecuencias, y fomentemos espacios de conversación abiertos para que sientan la confianza de acudir a nosotros ante cualquier inquietud.